#24: Breve historia de la especulación financiera
Reseña al libro de Edward Chancellor Devil Took The Hindmost, publicada en la revista Asesores EFPA
Desde que hay mercados financieros, hay especulación. Se trata de un concepto esquivo, que acepta muchas acepciones y que siempre esta reñido con la inversión. Una distinción entre ambas incluye la dimensión temporal: para Smith la especulación hacia referencia a ganancias a corto plazo movidas por los precios, en contraposición a la actividad inversora, con unos periodos de madurez más largos. Keynes, agudo observador de la realidad financiera, fue algo más lejos distinguiendo la empresa de invertir como la actividad de estimar el rendimiento de los activos a lo largo del ciclo de vida del activo, en contraposición a la especulación que Keynes definió como la actividad de tratar de anticipar la “psicología de los mercados”. Una visión a la que el gran George Soros pondría pocas pegas. Si invertimos, es que nos estamos tratando de valorar el negocio subyacente; especulamos cuando jugamos anticipar los caprichosos vaivenes del mercado.
Hablar de la especulación, es hablar de la propia historia de los mercados financieros y este es el propósito de Edward Chancellor, conocido historiador y divulgador de temas financieros, en su libro Devil Took The Hidemost. A History of Financial Speculation. Se trata de un libro tremendamente divertido y fácil de leer, bien documentado, bebe de algunas de las fuentes clásicas del género desde Mackay, pasando por Kindleberger, testimonios históricos como el de Bagehot o Baruch, o la sólida obra del estudioso de los mercados James Grant. El texto ofrece una accesibles miniaturas históricas sobre algunos de los procesos especulativos más importantes de la historia, desde la Tulipomanía, durante los años dorados de la República Holandesa, pasando por la burbuja de los Mares del Sur (que le costó una fortuna a Sir. Isaac Newton), la manía especuladora que provocó la nueva tecnología del ferrocarril a principios del siglo XIX, o crisis tan relevantes como el crac del 29, desde entonces fijada en la memoria colectiva de los mercados o la enorme burbuja financiera e inmobiliaria de Japón a finales del siglo XX.
Uno de los mensajes más importantes del libro, es que si bien el paisaje de los mercados a podido variar en los últimos cuatro siglos (e incluso podríamos ir más atrás), la condición humana sigue siendo la misma; igual de voluble, miedosa ante la incertidumbre, codiciosa en momentos de euforia y, en definitiva volátil, sentimental y tremendamente gregaria. Esto permite identificar patrones comunes y valiosos aprendizajes sobre los entresijos de los mercados. Un patrón recurrente es el hecho de que la aparición de nuevas tecnologías, una y otra vez, es fácil que generen unas expectativas desmedidas en los mercados de valores generando burbujas que, cuando estas expectativas aterrizan en el terreno de la realidad, suelen conllevar fuertes ajustes. Las mejoras en los propios mercados, mayor liquidez, mayor información, lejos de favorecer un comportamiento “inversor”, muchas veces lo que son es un potente combustible para la especulación. Desde un punto de vista histórico, momentos de auge nacional, que suelen ir acompañados de un incremento en la confianza nacional, imaginemos Holanda en el siglo XVI, Inglaterra en el XIX, Estados Unidos a principios del siglo XX o Japón a finales, suelen alimentar proceso especulativos. En definitiva, suelen haber procesos especulativos cuando abundan los motivos para descuidar el celo que cualquier inversor tiene que tener siempre el bolsa a la hora de evaluar la valoración de los activos en los que invierte.
Se trata de un libro sensacional, con muchas observaciones de gran valor. El gran tema que el libro de Chancellor deja a un lado y que resulta fundamental para entender cualquier proceso especulativo es el papel que ha tenido siempre la mala gestión de la liquidez. El libro cita, por ejemplo, la Ley Bancaria en Inglaterra de 1844 (o ley de Peel), pero no desarrolla como históricamente el no haber sabido establecer controles efectivos en los procesos de creación de dinero, limitándoos de manera efectiva al crecimiento real de la economía (ahorro y productividad), ha generado irremediables abusos de política monetaria sin los cuáles es imposible entender los procesos de auge y corrección tanto en la economía como en las bolsas.
Bonus track: notas sobre las referencias bibliográficas
Muchas veces, al leer libros de historia, me gusta ordenar las referencias citadas en la obra por temas (incluyendo muchas veces libros no incluídos, pero que considero de enorme interés para cada tema). Aprovecho para compartir estas notas sobre la bibliografía libro Chancellor.
(1) En gris he marcado los libros no incluidos en el libro de Chancellor.
(2) La estructuración temas puede no coincidir exactamente con los capítulos propuestos por Chancellor.
Créditos foto portada: Kelsey Smith (@NotKelseySmith)
Excelente Luis!
No he leído el libro. Pero gracias a tu artículo me está entusiasmando hacerlo. Esto leyendo el de Mckay y creo que es un buen complemento para este. Saludos y gracias.