Tales de Mileto fue ya considerado por Aristóteles como el primer filósofo griego. Nacido hacia el año 624 AC, hoy se le reconoce como el precursor de la ciencia moderna, en el sentido de que intentó explicar el mundo a través de teorías e hipótesis, alejándose de la tradicional interpretación mitológica de los fenómenos y de la naturaleza. No se ha conservado ningún escrito de Tales, ni siquiera se conoce si escribió algo en su vida, pero lo que nos ha llegado a través de las fuentes (en gran parte del propio Aristóteles) lo sitúan a la cabeza de los sabios de la Grecia clásica gracias a sus conocimientos y aportaciones en filosofía, matemáticas -por la que igual alguno le sonara del colegio- y astronomía. Su faceta menos conocida es la de "inversor", y más específicamente el mérito de haber articulado la primera operación con "opciones".
Con el objetivo de demostrar que la filosofía y el pensamiento podía tener una utilidad práctica, Tales utilizó sus conocimientos para ganar dinero de una manera muy sofisticada. Un año, estimó que iba a producirse una buena cosecha de aceitunas y para aprovecharse de este conocimiento arrendó el derecho de toda la capacidad de prensado que pudo por adelantado, cuando nadie pujaba por ella y los precios eran baratos. De esta manera, cuando llegó la cosecha abundante (seguramente Tales simplemente lo constató al darse cuenta en su entorno de lo cargados que venían los olivos en toda la provincia), pudo re-arrendar esta capacidad de prensado a precios mucho más altos amasando, se dice, una fortuna. Algunos afirman que Tales no reservó la capacidad de prensado -que podríamos equipararlo con la compra de una opción call, sino que la compró lo que haría que la operación se asemejase más a un contrato de futuros (donde hay obligación de ejercer el contrato), pero lo cierto es que Tales, sin pasar estrecheces, no era una persona acaudalada y no es probable que tuviese los recursos para financiar semejante operación. De hecho, es aquí donde descansa su brillantez.
El capítulo es de enorme interés porque pone de relieve el papel de las finanzas a la hora de gestionar el riesgo, y como a través del tiempo diferentes innovaciones han ido sofisticando y mejorando a medida del avance de la tecnología, sofisticando la economía y, por tanto, también la demanda de productos financieros más complejos. También el propio desarrollo intelectual en este campo registró importantes avances.
Tuvieron que pasar varios siglos desde la temprana call de Tales de Mileto, para que se formase el primer mercado, en este caso de futuros. Tuvo lugar en Japón con el Mercado de Futuros del arroz de Japón en 1697.
Los futuros del arroz y el CME
La Bolsa de Arroz Dojima, establecida en Osaka, Japón, inicialmente fue creada para estandarizar y regular el comercio de arroz, una mercancía vital en Japón que representaba el 90% de los ingresos gubernamentales en el siglo XVIII. Los bannermen (samuráis que trabajaban en administración civil y militar) recibían arroz del gobierno y lo vendían en el mercado, vinculando directamente sus ingresos al volátil precio del arroz. Para abordar esto, los comerciantes desarrollaron recibos de almacén de arroz, que luego evolucionaron hacia contratos de futuros de arroz en la Bolsa de Arroz Dojima en el siglo XVII. En suma, para facilitar este intercambio, se emitían letras de arroz, billetes que prometían un canje por arroz, y estos se negociaban activamente, incluyendo aquellos que serían canjeados por arroz en Osaka. En 1730, el shogunato Tokugawa formalizaba estas prácticas al autorizar la creación de un mercado al contado para negociar estas letras de arroz, así como un mercado de futuros para negociar marcas representativas de arroz en un libro de Dojima. Estos contratos permitían a compradores y vendedores acordar un precio predeterminado para la entrega futura de arroz, estableciendo así un mecanismo innovador que redujo la volatilidad de los precios del arroz y sentó las bases para los mercados de futuros modernos.
La Bolsa de Arroz de Dojima, cuya cronólogía es compleja y abarca varios siglos, desempeñó un papel fundamental en el desarrollo de los mercados de futuros y sentó las bases para las posteriores bolsas de materias primas, acciones y futuros financieros. A lo largo de su existencia, se convirtió en un centro de negocios y comercio vital para la economía japonesa y sin duda un muy relevante hito en la historia de las finanzas mundiales.
Pintura de Hiroshige (1797-1858) Propiedad de la Biblioteca Nakanoshima de la Prefectura de Osaka
El comercio se realizaba en los caminos alrededor de la Bolsa de Arroz de Dojima. Se esparcía agua para ahuyentar a la gente que se quedaba después de que el comercio oficial hubiera terminado por el día.
Algo más tarde, en 1848 (cuando las bolsas ya estaban muy asentadas ya que la primera Bolsa se estableció en Ámsterdam en 1611), se fundó el Chicago Mercantile Exchange (CME), que hoy es el mayor mercado de futuros y derivados del mundo, y que también merece una parada. Como el resto de innovaciones financieras que encontramos a partir del Siglo XIX, el primer mercado de derivados se desarrolló en Estados Unidos, entonces potencia emergente que empezaba a destacar como primera potencial global.
La historia de Estados Unidos esta muy ligada al desarrollo de las tecnologías del transporte. A medida que ferrocarriles y canales conectaban vastas regiones de América, ciudades como Chicago se convirtieron en centros comerciales cruciales debido a sus ubicaciones estratégicas. La finalización del Canal Erie en 1825 -infraestructura clave para entender también el desarrollo de Nueva York-, transformó a Chicago, antes una ciudad pequeña, en un próspero centro comercial que conectaba el Medio Oeste con el Océano Atlántico. En 1857, el barco Madeira Pet llegaba directamente a Chicago desde Inglaterra, utilizando la red en expansión de canales, marcando la primera llegada oceánica a la ciudad.
Chicago, por su parte, estaba estratégicamente ubicada en el centro del corn belt americano, principal pulmón agrícola de América del Norte. Los comerciantes compraban granos a los agricultores, los almacenaban durante el otoño/invierno y los vendían en primavera. Sin embargo, esto implicaba riesgos y costos, ya que los comerciantes debían pagar por los granos, el transporte y el almacenamiento, estando expuestos a la volatilidad de precios. Para cubrir este riesgo en la variabilidad de los precios, los comerciantes acordaban contratos para futuras entregas de granos a precios pactados de antemano. El primer "contrato a plazo" de este tipo se escribió el 13 de marzo de 1851, para la entrega de 3,000 bushels de maíz en junio, con un precio $0.01 por debajo del precio al contado en la fecha del contrato. Una innovación que ganó tracción enseguida.
En abril de 1848, se fundó la Bolsa de Comercio de Chicago (CBOT) que inicialmente contó con 82 miembros, registrados y con la idea de establecer contratos entre ellos. En 1858 y 1859, dos desarrollos críticos cambiaron la trayectoria de la CBOT. En 1858, un nuevo departamento para clasificar y certificar grados de granos permitió estandarizar los contratos y favorecer una mayor confianza entre comprador y vendedor, y por lo tanto también más liquidez. En 1865, la CBOT comenzó a convertir contratos a plazo activamente negociados y homogéneos en lo que hoy conocemos como contratos de futuros dando también liquidez a estos títulos. Hoy en día, la Bolsa de Comercio de Chicago sigue siendo una de las bolsas de futuros más importantes del mundo.
Créditos cuadro frontispicio: John Stobart Kennebunkport, “The 'Anna F. Schmidt' in Maine”, 1854.
gracias!
Me gusto mucho lo de Tales, lo había escuchado antes pero aquí esta explicado en mas profundidad. Buen post!